05/05/2025 - Edición Nº54

Municipios

Brandsen

El Concejo Deliberante de Brandsen rechazó la instalación de las termoeléctricas

28/04/2025 | Con una votación ajustada y denuncias de amenazas, los concejales bloquearon el cambio de uso de suelo que habilitaba el proyecto industrial.



En una sesión cargada de tensión y con un concejal ausente tras recibir amenazas, el Concejo Deliberante de Brandsen rechazó la instalación de dos centrales termoeléctricas en el kilómetro 49 de la Ruta 2. Afuera del edificio, los vecinos autoconvocados -organizados bajo el nombre "Vecinos Unidos por Brandsen"- celebraron el fallo entre abrazos, lágrimas y cantando el himno nacional.

"Fue muy emotivo, lloramos, gritamos, nos abrazamos... nos llenó de esperanza", relató Natalia Sánchez, una de las vecinas que siguió la sesión desde la plaza, detrás de las vallas que restringieron el acceso al recinto. Solo dos representantes del grupo pudieron ingresar.

El proceso tuvo varios capítulos. Aunque el 3 de abril el Concejo había aprobado la instalación de industrias catalogadas como categoría tres -"peligrosas" para la salud y el ambiente según la ley provincial-, esta última sesión trataba un punto clave: el cambio de uso de suelo de rural a industrial. En el tramo final de la jornada, y pese a intentos de postergar el debate, se votó: 7 concejales se manifestaron en contra, 5 a favor y uno se abstuvo. Así, la modificación quedó rechazada y la instalación de las plantas quedó, al menos por ahora, frenada.

Sin embargo, la lucha continúa. Los vecinos están atentos: circulan rumores de que las empresas planean mudarse cruzando la autopista, al partido de La Plata, a menos de un kilómetro del sitio original.

El riesgo persiste

La posible reubicación no anula los peligros: el impacto ambiental afectaría a cuatro municipios -Brandsen, La Plata, Berazategui y Florencio Varela-, contaminando el aire en un radio de 30 kilómetros y poniendo en riesgo el acuífero Puelche, fundamental para el abastecimiento de agua y el riego frutihortícola de la región.

El proyecto original preveía el vertido de aguas contaminadas en el arroyo San Luis, afectando humedales protegidos y trasladando sustancias tóxicas como arsénico y aceites minerales a las napas subterráneas. "Con ese nivel de contaminación, no podríamos ni bañar a nuestros animales", advertía Pedro, uno de los manifestantes.

Además, los únicos informes de impacto ambiental fueron presentados por las propias empresas interesadas. Según Vecinos Unidos, los estudios admiten la extracción de hasta siete millones de litros diarios del acuífero, lo que comprometería seriamente la presión del agua en toda la zona.

"El avance de emprendimientos industriales cerca de zonas urbanas plantea desafíos enormes", advirtió Agostina Rossi Serra, especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina, quien remarcó la necesidad de evaluar no solo el impacto aislado de cada proyecto, sino su efecto acumulativo.

La organización como respuesta

Aunque el predio sigue en manos de las compañías involucradas —MSU Energy y SCC Power, con antecedentes de clausuras en Pilar y Escobar por contaminación—, la normativa local impide que presenten nuevamente el proyecto durante al menos un año.

"El lazo comunitario que forjamos es la mayor ganancia de todo esto", reflexionó Sánchez. "Cuando el pueblo se organiza con respeto y convicción, es invencible", sentenciaron los Vecinos Unidos, quienes también se solidarizaron con el concejal Lucas Bronicardi, amenazado para cambiar su voto.

Las termoeléctricas, recordaron, emiten contaminantes tan peligrosos como trabajar en una mina sin protección o fumar varios cigarrillos al día. La amenaza se frenó, pero la vigilancia continúa.