
El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará el próximo 7 de mayo, según informó este lunes el Vaticano. La expectativa crece en torno a la elección del nuevo líder espiritual de los más de 1.400 millones de católicos en todo el mundo.
La Capilla Sixtina, escenario histórico de las votaciones papales, fue cerrada al público para los preparativos. Antes del inicio del cónclave, los cardenales participarán el miércoles en una misa solemne en la Basílica de San Pedro, tras la cual los electores se encerrarán para dar inicio a un proceso secreto que podría extenderse varios días.
En total, 135 cardenales —todos menores de 80 años, requisito para votar— fueron convocados a Roma. De ellos, alrededor del 80% fue designado por Francisco durante su pontificado, lo que podría influir en la orientación del próximo Papa.
El primer pontífice latinoamericano fue despedido este sábado en un funeral multitudinario, al que asistieron líderes internacionales y alrededor de 400.000 personas.
Mientras tanto, la comunidad católica expresa sus deseos sobre el perfil del futuro pontífice. Patricia Spotti, una peregrina de 68 años llegada desde Milán, afirmó: “Espero que el nuevo Papa tenga una personalidad abierta para todos, como Francisco”.
El cardenal argentino Ángel Sixto Rossi también expresó su anhelo de continuidad: “Nuestro deseo es encontrar a alguien que se parezca a Francisco, que no sea el mismo, pero en continuidad”.
Desde otra perspectiva, el cardenal italiano Giuseppe Versaldi señaló que el próximo Papa deberá encontrar un equilibrio entre la tradición y los desafíos actuales: “Debe haber continuidad, pero también avanzar al frente, no solo repetir el pasado”.
Por su parte, el cardenal español José Cobo advirtió en diálogo con El País que el resultado del cónclave “no será nada predecible”.
La elección se dará en un contexto de gran sensibilidad dentro de la Iglesia, marcada por temas como la lucha contra los abusos sexuales, el papel de los laicos y las mujeres, y la defensa de los pobres y migrantes, banderas que caracterizaron el pontificado de Francisco.