
El Gobierno nacional lanzó este martes un paquete de medidas que promete cambiar el panorama de precios en el sector electrónico. A través de una conferencia encabezada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, se anunció la reducción de aranceles a la importación y de impuestos internos para celulares, televisores, aires acondicionados y consolas de videojuegos.
El objetivo es claro: aumentar la competencia y acercar los precios locales a los valores internacionales. La normativa se formalizará mediante un decreto que será publicado esta semana en el Boletín Oficial.
📱 Celulares más accesibles
El arancel de importación bajará del 16% al 8%, y será eliminado por completo en enero de 2026.
Los impuestos internos para celulares importados caen del 19% al 9,5%.
Los celulares fabricados en Tierra del Fuego estarán exentos de impuestos (pasan de tributar 9,5% a 0%).
Un celular de alta gama en Argentina cuesta el doble que en países como Chile o España. Esta medida busca reducir esa brecha y combatir el contrabando y el robo de dispositivos.
📺 Televisores con precio internacional
Bajada del impuesto interno del 19% al 9,5% para importados.
Los nacionales quedan exentos.
Un televisor LED de 43'' cuesta 637 USD en Argentina, frente a los 288 USD que cuesta en Chile. La nueva política busca revertir esa diferencia.
❄️ Aires acondicionados: baja de más del 50%
Esquema impositivo similar: 9,5% para importados, 0% para los nacionales.
Se busca mejorar el acceso a un producto clave tanto en verano como en invierno.
🎮 PlayStation y otras consolas, más cerca
El arancel de importación baja del 35% al 20%.
Esto podría impactar directamente en el precio de consolas que no se fabrican en el país, como la PlayStation, Xbox o Nintendo.
📦 Más logística, menos demoras
Además, se permitirá el uso de servicios de mensajería (courier) entre Tierra del Fuego y el resto del país, buscando agilizar envíos y reducir costos logísticos.
El Gobierno estima que estos cambios podrían reducir los precios hasta un 30% en el corto y mediano plazo. Aunque el impacto final dependerá de cómo se trasladen estas reducciones a los valores en góndola, el anuncio marca un giro en la política tecnológica y comercial.