
Más de mil tambos cerraron en Argentina desde la asunción del presidente Javier Milei, según un reciente informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), que expone con datos concretos la gravedad de la crisis que atraviesa el sector.
En diciembre de 2023, el país contaba con 10.063 establecimientos lecheros activos. Sin embargo, hacia fines de 2024 esa cifra cayó a 9.407. Para mayo de 2025, el número volvió a descender a 9.039, lo que representa el cierre de 80 tambos más en los primeros cinco meses del año.
La provincia de Buenos Aires no fue ajena a esta tendencia: entre enero y mayo de 2025, se perdieron 25 tambos en su territorio.
La crisis también se refleja en la cantidad de vacas lecheras, que cayó de 1.588.902 a 1.486.248 cabezas en el transcurso de 2024, es decir, una reducción del 6 %. Esta disminución impactó directamente en la producción de leche cruda, que tuvo una baja del 6,5 % respecto al año anterior.
A pesar de este panorama, el OCLA proyecta una posible recuperación para 2025, con un incremento estimado del 5,7 % a 6 % en la producción nacional de leche.
No obstante, diversas asociaciones de productores advierten que estas proyecciones optimistas no alcanzan a reflejar la realidad estructural del sector. Denuncian falta de políticas públicas, altos costos operativos y una rentabilidad cada vez más limitada, que empujan al cierre de establecimientos y ponen en jaque la sostenibilidad de una actividad clave para las economías regionales.