Tortas fritas criollas: origen, receta y secretos para que salgan esponjosas

La torta frita es uno de los clásicos más queridos de la cocina criolla en Argentina, Chile y Uruguay. En el país trasandino se la conoce como sopaipilla, nombre que remite a la costumbre de consumirla con caldos o sopas. En cambio, en este lado de la Cordillera, la combinación preferida es con un buen mate cocido.

Aunque su origen genera debates que cruzan fronteras - algunos lo adjudican a la cocina española, otros a la influencia árabe, alemana, uruguaya o chilena-, lo cierto es que se trata de una receta tan simple que podría haber surgido en cualquier lugar con conocimientos básicos de cocina.

La preparación tradicional incluye apenas harina, agua y grasa o manteca, y suele coronarse con una lluvia de azúcar. Para quienes buscan una opción más saludable, también existe la alternativa de hacerlas al horno, lo que reduce el contenido graso sin perder sabor.

Ingredientes para las tortas fritas:

• 1/2 kg de harina

• 4 cucharadas de grasa o manteca

• 1/2 taza de agua

• 2 cucharaditas de sal

• Aceite o grasa de vaca para freír, cantidad necesaria

Preparación

Colocar la harina cernida en un bol y, en el centro, agregar la grasa a temperatura ambiente. Con la punta de los dedos ir tomando la masa, incorporando de a poco el agua con sal, hasta formar un bollo. Amasar enérgicamente hasta que la masa forme ampollas en la superficie.
Dejar reposar durante una o dos horas. Luego cortar pequeñas pelotitas, aplanarlas con la palma de la mano y pincharlas con un tenedor.

Freírlas en abundante aceite o grasa bien caliente. Una vez doradas, retirarlas con espumadera y colocarlas sobre papel blanco para escurrir el exceso de grasa. Espolvorear con azúcar molida.

Consejos para hacerlas bien aireadas

Para lograr una textura más esponjosa y aireada, se recomienda usar harina leudante o agregar polvo de hornear a la mezcla. En Argentina, las tortas fritas suelen acompañar la merienda, especialmente en tardes frías. Mientras que los adultos las disfrutan con mate -preferentemente amargo-, para los más chicos representan una opción sabrosa y nutritiva junto con leche, té o chocolatada.