
A poco más de dos horas de la Ciudad de Buenos Aires, existe un destino que, aunque permanece fuera del radar de muchos turistas, viene ganando protagonismo entre quienes buscan desconectar de la rutina sin recorrer largas distancias. General Belgrano, en el corazón de la Cuenca del Salado, combina termas, río, bosques y aire puro, en un entorno ideal para escapadas de fin de semana o salidas cortas en familia.
Aunque su historia está ligada al campo y la actividad agropecuaria, el pueblo decidió apostar fuerte al turismo. En los últimos años, la localidad amplió su oferta con propuestas que van desde el termalismo hasta el ecoturismo, el kayak, la pesca y las caminatas al aire libre.
Los que ya visitaron la zona aseguran que no se trata solo de relajarse en aguas termales, sino de vivir una experiencia completa en contacto con la naturaleza.
Termas, río y el bosque encantado: las joyas de General Belgrano
El punto fuerte de la ciudad es el Complejo Termas del Salado, ubicado junto al río homónimo. Allí, las aguas brotan desde más de 900 metros de profundidad, alcanzan temperaturas de hasta 40°C y poseen propiedades minerales que atraen a quienes buscan bienestar físico y mental. El predio, de 4,5 hectáreas, cuenta con piletas al aire libre y techadas, servicios de spa y espacios verdes que invitan al descanso.
Pero la escapada no termina en las termas. Muy cerca del casco urbano se esconde el Bosque Encantado, un espacio natural único donde conviven más de 85 especies de árboles, entre autóctonos y exóticos. Este pulmón verde de 24 hectáreas, ubicado en Colonia El Salado a solo 13 kilómetros del centro, se diseñó como un lugar de encuentro con la biodiversidad. Senderos, miradores y áreas para picnics permiten recorrerlo a pie y en calma, mientras se escucha el canto de las aves o se observa la fauna local.
Los fines de semana, la costanera del Río Salado se transforma en el punto de reunión preferido de vecinos y turistas. Ferias artesanales, espectáculos callejeros y food trucks animan las tardes soleadas. Además, los más aventureros pueden alquilar kayaks, hacer paseos en canoa o probar suerte con la pesca de carpas y pejerreyes.
Cómo llegar y por qué elegir este destino
Llegar a General Belgrano es simple. Desde Buenos Aires, el camino combina la Autovía 2 hasta Castelli y luego la Ruta Provincial 41, todo por rutas asfaltadas y en buen estado. El viaje, en auto, lleva poco más de dos horas. También se puede optar por servicios de ómnibus interurbanos que parten desde la Terminal de Retiro y otras localidades del área metropolitana.
Este destino, que hasta hace poco pasaba desapercibido para muchos, ofrece una opción distinta, cercana y accesible para quienes quieren conectar con la naturaleza, disfrutar de termas y descubrir los encantos de la provincia sin recorrer grandes distancias.
General Belgrano invita a mirar más allá de los clásicos y descubrir esos rincones que sorprenden. Un plan perfecto para los que buscan desconectar sin alejarse demasiado.