03/07/2025 - Edición Nº113

Opinión

A cara de perro

Milei contra todos y con la soledad como estrategia

03/07/2025 | En la cumbre del Mercosur, el presidente argentino volvió a mostrarse hostil hacia los mecanismos de integración regional. Su amenaza de abandonar el bloque desnuda una política exterior imprudente, ideologizada y peligrosa para los intereses económicos del país.


por Hernán Hamra


En su enésimo intento por “despertar” al mundo con frases provocadoras, Javier Milei amenazó, una vez más, con retirar a la Argentina del Mercosur. Lo hizo en una cumbre internacional, rodeado de jefes de Estado que, lejos de adherir a su cosmovisión libertaria, lo escucharon con diplomática incomodidad. Con tono mesiánico, repitió que el país “emprenderá el camino de la libertad acompañados o solos”, frase que esconde una peligrosa miopía estratégica.

La lógica del gobierno libertario es clara: rechaza toda forma de integración que implique reglas, diálogo o acuerdos. Prefiere el aislamiento antes que el consenso. Pero lo que Milei llama “cortina de hierro” del Mercosur no es más que una estructura comercial imperfecta, sí, pero fundamental para las exportaciones argentinas. Sin ese andamiaje, sería aún más difícil para nuestro país posicionarse en el tablero global.

Milei propone abrir la economía a los mercados del mundo mientras rompe con los socios inmediatos y naturales. No hay país que crezca sin alianzas estratégicas. Estados Unidos, la Unión Europea y China son bloques o potencias que, aunque promueven el libre comercio, lo hacen desde una defensa férrea de sus propios intereses. Pretender que Argentina pueda negociar sola con gigantes económicos desde una posición de debilidad es, en el mejor de los casos, ingenuo. En el peor, suicida.

Además, su discurso mezcla propuestas de liberalización con golpes de efecto ideológicos. Condena, con razón, la situación de derechos humanos en Venezuela, pero lo hace mientras estrecha lazos con regímenes como el de Nayib Bukele, cuya política represiva es celebrada sin matices. La coherencia brilla por su ausencia.

El Mercosur necesita reformas, eso es indudable. Pero abandonar el bloque o dinamitarlo no es el camino. Los desafíos actuales como el cambio climático, la guerra comercial entre potencias o la revolución tecnológica exigen más cooperación, no menos. Argentina no puede darse el lujo de jugar sola en un mundo cada vez más interdependiente.

El verdadero coraje no está en golpear la mesa ni en hacerse el duro con cara de Conan, o mejor dicho de perro, para no utilizar nombre propios. Está en construir puentes, incluso con quienes se piensa distinto. Milei eligió pararse en la vereda de enfrente. El tiempo dirá si el precio de esa arrogancia lo pagaremos todos.