
Durante tres semanas, una histórica misión científica liderada por investigadores del CONICET llevó adelante la expedición “Underwater Oases of Mar del Plata Canyon: Talud Continental IV”, realizada en colaboración con el Schmidt Ocean Institute. A bordo del buque de investigación R/V Falkor (too) —equipado con tecnología oceanográfica de última generación— el equipo exploró el cañón submarino Mar del Plata, ubicado a 300 kilómetros de la costa, donde se registraron puntos de hasta 3.900 metros de profundidad.
La campaña, que se desarrolló entre el 23 de julio y el 11 de agosto y contó con financiamiento internacional, marcó un antes y un después para la ciencia argentina. Fue la primera vez que un vehículo operado remotamente (ROV) como el SuBastian se utilizó en aguas del Atlántico Sudoccidental para registrar imágenes en ultra alta definición y recolectar muestras in situ sin alterar el entorno. Además, se trató de la primera expedición científica del país transmitida en vivo: casi cuatro millones de personas siguieron las inmersiones en directo a través del canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute, convirtiendo la transmisión en un acontecimiento sin precedentes.
A lo largo de las tres semanas, todas las inmersiones del ROV fueron emitidas por YouTube y Twitch, con un promedio de 500 mil visualizaciones por inmersión y un total de 17,5 millones de reproducciones. La respuesta del público superó todas las expectativas: familias, docentes, estudiantes y curiosos se sumaron a la travesía desde sus hogares, bares y escuelas, y fueron testigos del hallazgo de decenas de nuevas especies, entre ellas calamares bioluminiscentes, langostas rosadas y estrellas de mar.
“Ha sido una experiencia única y un hito para la ciencia argentina”, señaló Daniel Lauretta, investigador del CONICET y jefe de la expedición. Según explicó, la calidad de las imágenes permitió constatar la enorme biodiversidad presente en los fondos marinos, un área hasta ahora poco explorada.
El equipo que participó de la campaña viene estudiando la zona desde hace más de una década. Esta nueva misión dio continuidad a las expediciones Talud Continental I, II y III, realizadas anteriormente a bordo del buque oceanográfico Puerto Deseado. A diferencia de aquellas campañas, en las que las muestras se obtenían con redes, por primera vez los científicos pudieron observar en directo el fondo marino.
Entre los principales resultados de la expedición, se destacan arrecifes de coral pétreo observados a 1.014 metros de profundidad, así como extensos campos de coral blando (Anthomastus sp.) hallados a 1.500 metros. En total, los científicos estiman que fueron descubiertas más de cuarenta especies nuevas, cuyos análisis taxonómicos demandarán meses o incluso años.
Las muestras ya fueron trasladadas al Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN-CONICET), donde actualmente se trabaja en su clasificación. Según Lauretta, el estudio de los microplásticos y el llamado “carbono azul” también forma parte de los objetivos del proyecto.
“Cerca de la mitad de nuestro territorio está bajo las aguas del Atlántico y todavía sabemos muy poco sobre los recursos que guarda”, afirmó Lauretta. “Cuanto más investiguemos, más herramientas vamos a tener para tomar decisiones sobre el uso responsable de estos espacios”.
Desde el equipo de investigación, Martín Brogger (CONICET–IBIOMAR) destacó el enorme interés que generó la transmisión. “Recibimos cientos de mensajes de estudiantes y familias que se emocionaron con lo que vieron; muchos chicos nos dijeron que ahora sueñan con ser biólogos marinos”, aseguró.
Wendy Schmidt, cofundadora del Instituto Oceanográfico Schmidt, resaltó que la expedición permitió a millones de personas “despertar su asombro frente a la vida en las profundidades del océano” y poner en valor la importancia de continuar con este tipo de estudios.
La misión contó con la participación de más de 30 científicos del CONICET y distintas universidades nacionales, entre ellas las de Buenos Aires, Córdoba, La Plata y Mar del Plata.