
La violencia registrada durante el partido de Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile derivó en un cruce político entre la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y el ministro bonaerense, Javier Alonso, mientras que el club de Avellaneda responsabilizó a la parcialidad visitante por el inicio de los incidentes.
Bullrich cuestionó el operativo de seguridad y denunció “fallas graves” que, según informó, incluyeron la orden de que la Policía Bonaerense no interviniera desde antes del encuentro, lo que dejó como saldo 23 personas heridas, dos de ellas en estado de gravedad. Además, vinculó el regreso del público visitante al fútbol local con una decisión “propagandística y electoral”.
En respuesta, Alonso rechazó las acusaciones y afirmó que la ministra “desconoce el reglamento”. El funcionario sostuvo que la seguridad dentro de los estadios corresponde al organizador del evento y responsabilizó al Club Independiente y a la Conmebol por lo ocurrido.
El Ministerio de Seguridad de la Nación, en tanto, adelantó que se presentará en la causa penal y consideró que lo sucedido “es uno de los episodios más graves en la historia del fútbol argentino”.
Por su parte, Independiente emitió un comunicado en el que condenó los hechos de violencia, aseguró que “los incidentes se iniciaron en el sector visitante” y aclaró que activó los protocolos de seguridad previstos por Conmebol. Asimismo, criticó también las agresiones de grupos locales y remarcó que seguirá investigando para identificar y sancionar a los responsables.