
La economía argentina sigue sin señales de recuperación y el mercado laboral lo refleja con crudeza. Entre noviembre de 2023 y junio de 2025, la cantidad de empleadores y trabajadores registrados en el sistema de riesgos del trabajo se redujo de manera significativa, según datos oficiales de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT).
En ese período, el número de empleadores descendió de 511.337 a 496.035, lo que implica la desaparición de 15.302 unidades productivas. La contracción impactó en el empleo registrado: se perdieron 219.256 puestos de trabajo bajo cobertura del sistema.
De acuerdo con un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el golpe fue mayor en las grandes compañías: el 72% de las bajas laborales se concentró en empresas de más de 500 empleados, mientras que las pymes absorbieron el 28% restante.
Por sectores, la Administración pública perdió 89.794 trabajadores y la Construcción, 81.463. También se registraron fuertes caídas en Transporte y almacenamiento (53.101) e Industria manufacturera (43.063). En términos relativos, el derrumbe más pronunciado fue el de la construcción, con una baja del 17,1% en su plantilla registrada.
En el frente empresario, el sector más afectado fue Transporte y almacenamiento, que perdió más de 4.100 empleadores, seguido por servicios inmobiliarios, comercio, construcción y actividades profesionales y técnicas.
El escenario responde a una economía que permanece estancada desde fines de 2024. El EMAE del Indec mostró en junio una baja mensual de 0,7%, mientras que la industria cayó 2,3% en julio y la construcción 1,8%. Los indicadores adelantados —desde la molienda de soja hasta los despachos de cemento— confirman que la recesión se profundiza, en medio de la incertidumbre electoral y la volatilidad cambiaria.