El Gobierno nacional prepara una reforma laboral que propone modificar el régimen de vacaciones establecido en la Ley de Contrato de Trabajo (N° 20.744). El proyecto, impulsado por la diputada Romina Diez y respaldado por el Ejecutivo de Javier Milei, busca “adaptar las licencias a las dinámicas del trabajo actual” sin alterar la duración del descanso, pero sí las formas y condiciones en las que podrá disfrutarse.
De aprobarse, la norma otorgará mayor flexibilidad tanto a empleadores como a trabajadores, al permitir dividir las vacaciones, elegir diferentes momentos del año para tomarlas y coordinar fechas con la empresa bajo nuevas reglas de notificación y organización.
Las principales modificaciones
La propuesta introduce cinco cambios centrales respecto del esquema vigente:
- Vacaciones fraccionadas: podrán dividirse en tramos no menores a una semana completa.
- Flexibilidad en el calendario: los empleadores podrán otorgar vacaciones en cualquier momento del año, hasta el 30 de abril del ciclo siguiente.
- Aviso obligatorio: las empresas deberán comunicar por escrito el inicio del descanso con al menos 21 días de anticipación.
- Derecho al verano: cada trabajador deberá disfrutar al menos un período completo en verano cada dos años, salvo decisión propia.
- Vacaciones familiares: quienes trabajen en la misma empresa y estén casados o unidos legalmente podrán pedir licencias conjuntas, y el empleador deberá concederlas.
Según el texto, la notificación escrita deberá indicar la fecha exacta de inicio y el período que corresponde a cada empleado, para brindar previsibilidad y permitir la organización personal y familiar.
Equilibrio entre flexibilidad y derechos
El proyecto reconoce que las empresas podrán distribuir los descansos según sus necesidades operativas, aunque mantiene límites para evitar abusos. Ningún tramo podrá ser inferior a siete días, y los empleadores deberán garantizar que los trabajadores accedan al descanso estival en al menos un ciclo de dos años.
Además, el texto mantiene abierta la posibilidad de que los convenios colectivos establezcan regímenes propios según las características de cada sector, siempre que se respeten los principios básicos de la ley.
Desde el Gobierno señalan que la reforma apunta a “modernizar las relaciones laborales” y “ordenar los procesos de planificación” dentro de las empresas, sin reducir los derechos adquiridos.
Una mirada adaptada al presente
La iniciativa busca equilibrar el derecho al descanso efectivo con la necesidad de flexibilidad que plantean los nuevos modelos de trabajo. Al habilitar el fraccionamiento y ampliar los plazos de uso, el proyecto pretende acompañar los cambios en la organización productiva y en los hábitos de vida de los trabajadores.
Sin embargo, el debate legislativo promete ser intenso: distintos sectores sindicales anticiparon que defenderán las condiciones históricas del régimen de licencias, mientras que el oficialismo sostiene que “el descanso anual debe adecuarse a los tiempos actuales sin perder su esencia”.