El Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció cambios en el esquema de flotación administrada del dólar que comenzarán a regir en enero de 2026. La principal novedad es la recalibración de las bandas cambiarias: tanto el techo como el piso del tipo de cambio mayorista pasarán a actualizarse según el último dato disponible del Índice de Precios al Consumidor (IPC), en lugar del deslizamiento mensual fijo del 1% que regía hasta ahora.
Según precisó la autoridad monetaria, el ajuste inicial tomará como referencia la inflación de noviembre informada por el Indec, que fue del 2,47%. De esta manera, la banda superior subirá en ese porcentaje, mientras que la inferior se moverá en la misma magnitud pero hacia abajo, ampliando el rango de flotación. El objetivo es corregir el atraso real que se había generado en los límites del esquema, en un contexto de inflación superior al ritmo de ajuste previo.
Desde el BCRA explicaron que el sistema de bandas seguirá cumpliendo su función de amortiguar movimientos bruscos del tipo de cambio y limitar episodios de volatilidad extrema. En conferencia de prensa, el presidente de la entidad, Santiago Bausili, subrayó que la indexación por inflación “no implica una definición sobre la trayectoria futura de los precios”, sino que aporta mayor flexibilidad y previsibilidad al régimen cambiario.
El esquema de bandas fue acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y se consolidó tras el levantamiento parcial del cepo cambiario en abril. Actualmente, el rango se ubica entre $921,20 y $1.518,52, dentro del cual el dólar puede fluctuar libremente, mientras que el Central interviene sólo si se superan esos límites.
La segunda decisión relevante anunciada por el BCRA es la puesta en marcha de un programa de compras de divisas en el Mercado Libre de Cambios (MLC) aun cuando el tipo de cambio se encuentre dentro de las bandas. Hasta ahora, la entidad evitaba intervenir en ese tramo, más allá de algunas operaciones puntuales del Tesoro.
Con el nuevo esquema, el Central podrá adquirir dólares de manera gradual con el objetivo de recomponer las reservas internacionales, una meta señalada tanto por el FMI como por analistas de distintas corrientes. El programa se apoyará, en primer lugar, en la evolución de la demanda de dinero. El escenario base oficial prevé una re-monetización de la economía que llevaría la base monetaria del 4,2% al 4,8% del PBI hacia diciembre de 2026, lo que podría financiarse con compras por hasta USD 10.000 millones. Si la demanda de pesos creciera un punto adicional del PBI, el monto potencial ascendería a USD 17.000 millones.
Desde la conducción del BCRA remarcaron que la política monetaria buscará evitar desbalances asociados a la emisión y minimizar la necesidad de esterilización. En caso de que la demanda de dinero se ubique por debajo de lo esperado, el organismo anticipó que adoptará medidas correctivas en línea con el programa económico.
El segundo eje del plan está vinculado a la liquidez del mercado cambiario. Las compras diarias no superarán el 5% del volumen operado, con el fin de no alterar el funcionamiento de la plaza, que suele mostrar fuertes variaciones en su nivel de actividad. De manera complementaria, el Central se reservó la posibilidad de realizar compras en bloque si las condiciones lo requieren.
Con estas definiciones, el BCRA busca reforzar las reservas internacionales, reducir la incertidumbre y sostener la estabilidad cambiaria sin generar distorsiones en el mercado de divisas.